lunes, 30 de septiembre de 2013

Leerescribir: Idiotopo y Semitopo.


Algo que en el principio del curso oí que teníamos que leer era sobre un tema De la interpretación. Por lo cual me amparo bajo el pequeño diagrama que hice ese día:



 
                               Decodificación
Observación                       es una               Lectura critica
                               Interpretación

                     Consiente
Lectura                es una       Acto pasivo
                    Inconsciente
Da una
Interpretación
           de acuerdo al                                                   Ω
Semiotopo      que es Tributario   del   Idiotopo            Identificación. Función emotiva:   como via "Verdadera"                              
                                                                                    Α
 
Productor                                                        Receptor
Sujeto Α                                                         Sujeto Ω
+ o –          Indirectamente     + Totalmente
                                         
Interpretación diferente
Aptitudes a decodificar
 
Ahora, a lo que concierne a lo convenido tendremos en cuenta las siguientes definiciones dadas a los contextos aquí convenidos.
Milagros Ezquerro apunta que lo concerniente al texto hay circunstancias que son complicadas cuando se habla sobre la producción del texto y la recepción de este. En esto abarcan dos campos distintos y complementarios.

Idiotopo del texto

1.      Idiotopo del productor o Idiotopo Alfa (Α): Se refiere a todos los elementos vinculados al productor del texto, siéndole propios, y que definen sus relaciones al texto: circunstancias biográficas, peculiaridades psicológicas, situación socio-histórica. Más adelante Milagros Ezquerro apunta que el Idiotopo Α es el lugar donde nace el texto, refiriéndose más que nada a la parte psíquica que se presenta como una “suerte de pulsión de comunicación, deseo o necesidad de comunicar, o de transmitir una información. Es un sistema complejo que cobra su singularidad en que está en constante comunicación con su medio ambiente, lingüístico, socio cultural.
2.      Idiotopo del observador o Idiotopo Omega (Ω): Se refiere a lo mismo anteriormente enunciado solamente que en la figura del receptor. Realiza una función complementaria del Sujeto Α, ya que asume la figura del Sujeto Ω que concibe la peculiaridad de recibir y decodificar la información adaptando su interpretación a su complejo sistema que está en constante comunicación con su medio ambiente, lingüístico, socio cultural, histórico.

Semiotopo del texto

Ezquerro lo describe como todos los elementos que tienen que ver con el campo semiológico dentro del cual se inscribe el texto:
1.      Campo lingüístico y retorico
2.      Géneros literarios y sus relaciones con la tradición, con las series culturales, así como con otros textos, otras producciones artísticas.

De esta manera el texto mantiene, con otros elementos, relaciones específicas que lo definen.

Sujeto Omega (Ω)
Es la forma primera del desdoblamiento del Sujeto Α. Este sujeto se desdobla durante el proceso de producción en un sujeto observador del texto que se está elaborando. Todo texto está destinado a un receptor que, para un texto literario, no es determinado. Cualquier sujeto puede tomar la función Ω sin que el productor del texto intervenga. Todo texto es portador de una función Ω que puede ser asumida por cualquier observador.

El sujeto observador, en este caso el Sujeto Ω, actúa sobre el texto que descifra, construye e interpreta realizando una parte de sus virtualidades y potencialidades y, al hacerlo, actúa como sujeto Α modificándolo de diversas maneras, muestra el diagrama al inicio más o menos indirectamente, o de forma total debido a las aptitudes que se planean descifrar lo que conviene en una interpretación diferente; ya que no hay dos sujetos observadores que interpreten de igual manera, ni aun un sujeto observador que tenga una misma interpretación del texto que ha leído dos o más veces, lo que hilvana con los elementos constitutivos psíquico-biográficos o socio-culturales.

Referencias:
Ezquerro, M. (2008) Leerescribir. México/París: Rilma 2/ Aldehl

martes, 24 de septiembre de 2013

Hipotésis y Argumentación


La Hipótesis: Según la Real Academia de la Lengua Española, es la suposición de algo posible o imposible para sacar de ello una consecuencia.  También es el intento de explicar un fenómeno. La función de la hipótesis consiste en delimitar el problema que se va a investigar según algunos elementos tales como el tiempo, el lugar, las características de los sujetos.

Para plantear una hipótesis se debe tener en cuenta los siguientes puntos:

a.       Términos claros y concretos  para que se puedan definir de manera operacional. Una hipostasis sin referencia empírica constituye un juicio de valor. Si una hipótesis no puede ser sometida a verificación empírica, desde ese punto de vista no tiene validez.

b.      Debe ser objetiva y no llevar algún juicio de valor; es decir, que no puede definirse al fenómeno con adjetivos subjetivos, sino solamente tal y como suceda la realidad.

c.       Deben ser específicas, no solo en cuanto al problema, sino a las indicadoras que se van a emplear.

d.      Deben de estar relacionadas con recursos y tecinas disponibles.

La Argumentación tiene como objetivo expresar la opinión, o rebatir la misma, con el fin de persuadir a un receptor. La finalidad del autor puede ser el de probar o demostrar una idea (o tesis), refutar una idea contraria o bien persuadir o disuadir al receptor sobre determinados comportamientos, hechos o ideas.

La argumentación suele combinarse con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la argumentación intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto argumentativo aparece la función referencial, no sola la función apelativa, exponiéndose la tesis.
 
La argumentación se utiliza en una amplia variedad de textos, en especial los científicos, filosóficos, ensayísticos, en oratorios políticos y judiciales; en textos periodísticos de opinión y en algunos mensajes publicitarios. Así mismo aparece con frecuencia en forma dominante en debates, coloquios o mesas redondas.

Referencias:
 
 

 

Glosario de Transtextualidad de Palimpsestes

El objeto de la poética, según Gérard Genette, es el architexto, no como el texto singular, sino el conjunto de categorías trascendentes o generales del que depende la singularidad del texto. En este caso Genette ubica esa forma trascendente como todo lo que el texto pone en relación con otros textos;  Transtextualidad.

De esa Transtextualidad se ubican cinco tipos de relaciones “trascendentes” en el texto:

1.      Intertextualidad: Explorado por Julia Kristeva y que se explicaría como la relación de copresencia entre dos o más textos; más concretamente, como la presencia de un texto en otro. De ahí se deriva:

a.     La Cita: que es la forma más explícita y literal, de forma tradicional con comillas; con o sin referencia precisa.

b.     El Plagio: forma menos explícita y menos canónica.

c.     La Alusión: un enunciado cuya comprensión supone la percepción de su relación con otro enunciado al que remite necesariamente tal o cual de sus reflexiones.

2.      Paratextualidad: Tipo construido por la relación más distante y menos explícita que en el todo formado por una obra literaria; y designan a títulos, subtítulos, intertítulos, prefacios, epílogos, advertencias, prólogos; notas, al margen, a pie de página, finales; epígrafes; ilustraciones; falas, sobrecubiertas y muchos otros tipos de señales accesorias, autógrafas u ológrafas (escrito de puño y letra del autor).

3.      Metatextualidad: es la relación, apunta Genette, critica  que une a un texto con otro texto que habla de él sin citarlo e, incluso, sin nombrarlo.   

4.      Hipertextualidad: se entiende como toda relación que une un texto B (llamado hipertexto por Genette) a un texto anterior A (nombrado como hipotexto; texto base) en el que se injerta de una manera que no es la del comentario. Se puede tomar como noción en el que el texto  A “habla” de un texto (B), o no hable de B, sin embargo no podría existir sin él (A).

5.      Architextualidad: definido como “la literariedad de la literatura” o el conjunto de categorías generales –y apunta Genette; tipos de discurso, modos de enunciación, géneros literarios– del texto singular. El architexto articula una mención paratextual (títulos o subtítulos; estos últimos como la indicación que acompaña al título en la cubierta del título) congruente con la pertenencia a la clasificación. El texto no está obligado a declarar su cualidad genérica. Del mismo modo que el estatuto de género del texto está en libre albedrio de ser determinado por el lector, el crítico, el público que están en su derecho de rechazar el estatuto antes mencionado del paratexto.

Ejemplo de esto es la novela de Mario Benedetti, El cumpleaños de Juan Ángel de 1971; escrita en verso. Muchos podrían pensar que se trata de un largo poema narrativo cuando en el paratexto (subtitulo, lomo, contraportada o descripción) sea mencionado y catalogado como novela. El asunto es qué argumento relaciona al lector con la singularidad de la obra.

 
Referencias

Genette, G. (1989). Palimpsestos. Madrid: Taurus.

martes, 10 de septiembre de 2013

Frecuencia Narrativa; Gérad Genette

La podemos definir como un aspecto fundamental de la temporalidad narrativa, en donde, pudiéndose producir, reproducir y repetir, se puede se hallan fenómenos “idénticos” o "recurrentes de un mismo suceso narrado" (de la historia) y los enunciados narrativos (del relato), se abstrae la realidad entre las repeticiones del relato y la diégesis. Puede ser de las siguientes formas:

Contar lo que sucedió una vez (nR/TH)

Contar n veces lo que pasó n veces (nR/Nh)

Contar n veces lo que sucedió una vez (nR/1H)

Contar una sola vez lo que pasó n veces (1R/nH)


Genette, Gerard. El discurso del relato. Ensayo de Método (orden, duración, frecuencia, modo). Figures III. Paris. Editions du Seuil, 1972. pp. 20-23.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Estructuralismo

El Estructuralismo podría definirse como un movimiento heterogéneo que aparece como una metodología científica, evolucionando luego en una ideología filosófica que pretende la elaboración de teorías objetivas y verificables, a través del control científico de las ciencias del espíritu. En el estructuralismo el hombre pasa de ser sujeto de la historia y de la cultura, a ser objeto que se conoce por la objetividad y la neutralidad científica.
 
Quienes asumieron el estructuralismo "buscaron la permanencia y estabilidad de las estructuras que duran y derivan su significado solamente de sí mismas y de sus raíces en una naturaleza humana, en cuanto realidad plenamente determinada como los demás objetos del mundo."
 
Los estructuralistas comenzaron por combinar el marxismo y el psicoanálisis, pero sobre todo es el positivismo quien más marca a esta corriente. El estructuralismo plantea la manera de comprender al hombre para pasar a mirarlo como objeto de observación y análisis, como cualquier otro objeto de la ciencia, porque el inconsciente precede a lo consciente.
 
Esta tendencia se opone al causalismo y al historicismo sobre todo en su concepción de la visión del hombre, que siendo sujeto pasa a ser un objeto del conocimiento y eso implica que los hombres estén sometidos a las estructuras. El gran desarrollo de este movimiento se dio a partir de 1960 encontrando en Lévi Strauss su mayor exponente, hoy es criticado y acusado por su desprecio a la historia y por la devaluación de la autonomía individual.

Nuestro pensamiento se podría resumir en un juego dialéctico o como un constante vaivén. Pero entre estos dos elementos surge un nuevo y tercer elemento que se sitúa por debajo de lo real y lo imaginario: lo simbólico.
Lo simbólico podría ser una estructura que mantiene –y sostiene– una relación específica, en donde existe la coherencia y la lógica específica. El conjunto de las consideraciones humanas que tienen efecto en el mundo real y en el imaginario: “Lo simbólico como elemento de la estructura es el principio de una génesis […] es el subsuelo de todas las tierras de la realidad y de todos los cielos de la imaginación.

 Sin embargo esas estructuras sufren cambios que alteran sus símbolos, afectando el cauce de su realidad programa y, como toda estructura y sistema presente, sufren las consecuencias de la estructura simbólica. Ese es el estudio que el Estructuralismo tratará de estudiar.

Fuentes:

domingo, 8 de septiembre de 2013

Modalidades Narrativas, El beso de la mujer araña.


1.      Dialogo. La novela comienza con una serie de diálogos, entre Molina y Valentín, que se alternan en un juego en donde la figura del narrador. Los diálogos cobran la función de las descripciones, del juego de los tiempos, de los pronombres, de los deícticos, monólogos relatados, etc. Como apunta Ezquerro, surge el riesgo de convertirse en dialogo teatral o cinematográfico.

2.      Personaje narrador. Se aprecia la figura del personaje que hace irrupción en el hilo de la narración, sometiendo a su juicio la escena narrativa. El personaje es el que hace uso de la voz y de la significación en el abismo y él mismo significa su réplica enumerando situaciones, escenarios, personajes adaptándolos a su perspectiva. Esta modalidad sustituiría y se adueñaría del dialogo matriz.

3.      Modo y tiempo de la narración y del narrador. Un narrador pierde su calidad de “autor” al fundir la serie del relato con su modo y perspectiva en el curso de la diegesis. El modo se opone a lo estático que presupone que todos los relatos sean narrados de la misma forma; lo que abre la puerta a otras formas y modos de significado que se adapta  al tema, situación o tiempo en el pertenece la acción.

4.      Dialogo matriz puesto en replica antes de la mención del personaje.

5.      Monologo. En primero, ya que el curso del dialogo entre la emisión y la réplica se quedan atrás queda el recurso del monologo interior. En muchos textos se ejemplifica el dialogo interior del personaje principal o de los demás secundarios, siempre teniendo en cuenta la presencia del narrador. Esa voz es la que supone la existencia del narrador intradiegético que es al mismo tiempo el que lleva a cabo el dialogo, la réplica de acuerdo a su modo; programado al tiempo y transformando la realidad del discurso en la intimidad de su relato personal.

1)      Auto narración.

6.      Informes y documentos. Ezquerro sugiere la ruptura del pacto narrativo, lo que establece los hechos ficticios que pautan la narración, dándole realce a los acontecimientos.

7.      Notas al pie. Aquí es un intento de explicar, “salvaguardar” y defender –menciona Ezquerro– la integridad de los personajes, defendiendo sus puntos de existir. Este tipo de discurso es más impersonal ya que intenta juzgar los puntos débiles de la ficción. Otro discurso heterogéneo.

 

Leerescribir. Milagros Ezquerro.

martes, 3 de septiembre de 2013

Sobre El beso de la mujer araña, un asunto de política, orientación sexual y dinamismo de la cultura de masas

Manuel Puig, escritor argentino, nunca se imaginó el grado de complejidad que su obra, El beso de la mujer araña, publicado en España en 1976, generaría; conservándose en muestras de admiración, gozo y reserva.
 
Esta es una historia singular que cuenta la historia de dos hombres presos en la cárcel de Villa Devoto en el año de 1975: Molina, un homosexual “marica” preso por corrupción de menores; y Valentín, un militante de izquierda, preso por su militancia política; cuya conversación, que se da en todo el tiempo de la novela, sobre y la sexualidad y la política en cuyo debate se van sumando otros tópicos que mantienen la misma estructuración binaria: sentimiento/ razón, cuerpo/ mente, deseo/ deber, entre otros. Molina es el representante del polo de la sexualidad y Valentín del de la política, sin embargo a lo largo del devenir de la novela, que es el devenir de estos sujetos, cada uno de los personajes comienza a identificarse también con las otras posiciones y ya no quedan tan claros los papeles; sugiriendo, según varios críticos, entre ellos Mariela Peller de la universidad de Buenos Aires, una puesta en cuestión de las entidades sexuales y políticas.
 
La novela fue publicada en pleno apogeo de la dictadura militar argentina que encabezara Raúl Alfonsín, después del golpe de estado que derrocó al gobierno de María Estela Martínez de Perón en 1976; y prohibida por el gobierno en los años 70. Esta novela representa el contraste entre diversos pensamientos que se consideraban “revolucionarios” y que al mismo tiempo sirven de trasfondo en el contexto en que los dos polos, ejes de la novela, que desde mucho tiempo siguen tocando conciencias y enfrentándose como cuestiones irreconciliables: la orientación sexual, concretamente la homosexualidad de Molina, y el pensamiento político –en este caso el de la izquierda–, considerado subversivo que parte de la cuestión y negativa de incluir entre su ideología el aceptar, entre otras “revolucionarias” situaciones, a miembros homosexuales entre sus filas. Esta idea partiría de la cuestión de que el nuevo orden impuesto, fruto de la revolución socialista, impondría la liberación de la sexualidad, la idea política, dejando a un lado el deseo y el placer. Una contradicción en la que, dentro de la nueva estructura social, sexualidad, género y política fueran menos irreconciliables, dado que la conversación entre un militante izquierdista y un homosexual eran casi imposibles.
 
Manuel Puig formó parte, en 1971, de las primeras discusiones del Frente de Liberación Homosexual de la Argentina y estaba al tanto de las discusiones sobre política y  homosexualidad que se daban en esos años. Fruto de su exilio a España es la idea de reconciliación entre dos polos dispares.
 
La crítica establece, de manera lucida, en torno a la obra (largo tiempo incomprendida) establece su tentativa de “literatura popular” que considera la faceta de la cultura de masas vigorizando una nueva conciencia que no escapa del estereotipo de la expresión del “nuevo bovarismo” en que la cultura popular educa los sentimientos.